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'La guerra civil en Euzkadi' recupera 136 testimonios que Barandiaran recogió en el exilio
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Cultura

'La guerra civil en Euzkadi' recupera 136 testimonios que Barandiaran recogió en el exilio

El libro tiene la frescura de mostrar los hechos casi en directo, justo después de que sucedieran Su publicación busca enseñar otra visión de los refugiados vascos

TERESA FLAÑO

Sábado, 1 de abril 2006, 02:00

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SAN SEBASTIÁN. DV. La publicación ahora de los testimonios recogidos en el País Vascofrancés a exiliados vascos por José Miguel de Barandiaran durante la Guerra Civil española responde a la necesidad de mostrar cómo se vivió y las consecuencias que tuvo el conflicto bélico en Euskadi. Jean-Claude Larronde, responsable de la edición junto a José María de Gamboa, explicaba ayer en la presentación del trabajo que «se cifra aproximadamente en veinte mil el número de libros escritos sobre la Guerra Civil española. Pero los libros sobre la contienda en el País Vasco no son muy numerosos».

Gamboa y Larronde son los responsables de Bidasoa-Instituto de Historia Contemporánea, una iniciativa privada que, desde 1972, se dedicada al estudio del pasado de Euskadi, como herramienta para conocer el presente.

Para Larronde «en los últimos años el pensamiento está dando un giro. Si hasta hace 25 o 30 años parecía que algunos de los hijos de los combatientes de 1936 querían olvidar, sus nietos y biznietos no quieren hacerlo hoy en día. Desean procurar que la Guerra Civil española no sea solamente un asunto de historiadores; quieren recuperar la memoria histórica».

Con libros como La guerra civil en Euzkadi, que recoge los 136 testimonios de exiliados recopilados por José Miguel de Barandiaran, se supera «el pacto no escrito del olvido que durante la Transición permitió la consolidación del nuevo régimen. Dentro de esta concepción, el olvido pasaba a ser una exigencia política y la llave para la necesaria reconciliación después de un episodio doloroso».

Fue Manuel de Ynchausti, considerado una especie de mecenas de la cultura vasca de la primera mitad del siglo XX y que en su casa Ynchausti-Baita en Uztaritz proporcionó una inmensa ayuda a los fugitivos vascos de la guerra, quien en otoño de 1936 en Bayona le propuso a Barandiaran la posibilidad de recoger testimonios de los refugiados. El antropólogo aceptó el reto y habló con 136 personas. Con la entrada de los alemanes en Francia los documentos fueron enterrados. Fue el propio Barandiaran el que volvió a por ellos en 1944.

De todos los testimonios agrupados en este libro 117 suceden en el País Vasco y 19 fuera. El 38% proceden de guipuzcoanos, 22% de vizcaínos, 8% de Navarra y 7% de Álava. Prácticamente la totalidad están escritos en castellano, aunque hay alguno en euskera. La mayoría de los entrevistados eran simpatizantes del PNV, en concreto hay cuatro diputados del partido nacionalista en el Congreso de los Diputados -Manuel de Irujo, Javier de Landaburu, José María Lasarte y Telesforo Monzón-, y también hay muchos eclesiásticos o religiosos.

Los textos no han sido reconstruidos y se presentan tal y como los elaboró Barandiaran. «Hemos apostado por no tocarlos para mantener su frescura porque los datos fueron recogidos casi al mismo tiempo que sucedían las historias relatadas. Parece que estamos en la Guerra Civil, oímos sus voces, vemos los paisajes, casi se viven aquellos atroces días de guerra y terror», explicó Larronde.

El libro ha sido publicado por Bidasoa en colaboración con la Diputación Foral de Gipuzkoa y el diputado general es el autor del prefacio. Para Joxe Joan Gonzalez de Txabarri «vivimos en la era del presentismo, en el aquí y en el ahora. Por ello, hoy más que nunca, es necesario reivindicar -como ayer lo hizo Barandiaran y hoy Bidasoa-, la memoria de nuestro propio pasado, por muy doloroso que éste haya sido».

También señala que «la obra que ahora tenemos en nuestras manos constituye un testimonio vivo, un alegato en defensa de la memoria histórica y la reivindicación de los derechos humanos». Además es «un intento de ofrecer una aportación diferente del análisis de exilio vasco».

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