Euskaltzaindia consigue la autorización para crear la figura del académico emérito

SAN SEBASTIÁN. DV. El Consejo de Ministros aprobó ayer un Real Decreto por el que se modifican los estatutos de Euskaltzaindia, y se crea una nueva categoría de miembros, la denominada «académico emérito». De esta manera se quiere dar una solución a la presencia de académicos que, por razones de edad o salud, no pueden cumplir con normalidad con el deber de asistencia a juntas y menos aún trabajar en las comisiones. Según los nuevos estatutos, los académico pasarían de ser 24 a ser un máximo de 32, incluidos los eméritos.

Euskaltzaindia se propone poner en marcha el proceso de creación de la figura del emérito a partir del momento en que la aprobación del Consejo de Ministros se publique en el Boletín Oficial. Cuando un académico de número cumpla 75 años, será nombrado académico emérito o supernumerario -esa es la denominación sugerida, en una de sus observaciones, por el Instituto de España-, sin que eso suponga ninguna merma de sus derechos y obligaciones. La única limitación que afectará al estatus de los académicos eméritos será la imposibilidad de delegar su voto en caso de ausencia.

Vitalicios

Los académicos de la Real Academia de la Lengua Vasca-Euskaltzaindia son vitalicios por definición. La academia se ha encontrado en sus diferentes épocas con el inconveniente de miembros de número que, por problemas de salud o de edad, apenas realizaban tareas, y en algunos casos ni siquiera hacían acto de presencia. En los últimos años, este problema se dio, por ejemplo, en los casos de Juan San Martin y Juan Mari Lekuona, ambos figuras clave en los años en que gozaron de buena salud. Hoy en día son cinco los académicos que superan los 75 años.

El incremento del número de académicos tiene como objetivo abrir la institución a nuevos sectores de la sociedad vasca, en línea con la intención de la Junta de Gobierno que preside Urrutia de modernizar la Real Academia de la Lengua Vasca.

La nueva propuesta estatutaria, que había sido aprobada por unanimidad por los académicos de número de Euskaltzaindia el pasado año, precisaba del vis- to bueno del Consejo de Ministros, al tratarde de una real academia.